La inteligencia
artificial
La inteligencia
artificial (IA) es un área multidisciplinaria, que a través de ciencias
como las ciencias de la computación, la matemática, la lógica y
la filosofía, estudia la creación y diseño de sistemas capaces de resolver
problemas cotidianos por sí mismas utilizando como paradigma la inteligencia humana.
General y amplio como eso,
reúne a amplios campos, los cuales tienen en común la creación de máquinas
capaces de pensar. En ciencias de la computación se denomina
inteligencia artificial a la capacidad de razonar de un agente no vivo.1 2 3John McCarthy acuñó
la expresión «inteligencia artificial» en 1956, y la definió así: “Es la
ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas
de cómputo inteligentes”.
Búsqueda del estado
requerido en el conjunto de los estados producidos por las acciones posibles.
Algoritmos genéticos (análogo
al proceso de evolución de las cadenas de ADN).
Redes neuronales
artificiales (análogo al funcionamiento físico del cerebro de animales y
humanos).
Razonamiento mediante
una lógica formal análogo al pensamiento abstracto humano.
También existen distintos
tipos de percepciones y acciones, que pueden ser obtenidas y producidas,
respectivamente, por sensores físicos y sensores mecánicos en máquinas, pulsos
eléctricos u ópticos en computadoras, tanto como por entradas y salidas de bits
de un software y su entorno software.
Varios ejemplos se
encuentran en el área de control de sistemas, planificación
automática, la habilidad de responder a diagnósticos y a consultas de los
consumidores, reconocimiento de escritura, reconocimiento del habla y reconocimiento
de patrones. Los sistemas de IA actualmente son parte de la rutina en campos
como economía, medicina, ingeniería y la milicia, y se ha
usado en gran variedad de aplicaciones de software, juegos de estrategia,
como ajedrez de computador, y otros videojuegos.
La inteligencia artificial es considerada una rama
de la computación y relaciona un fenómeno natural con una analogía artificial a
través de programas de computador. La inteligencia artificial puede ser tomada
como ciencia si se enfoca hacia la elaboración de programas basados en
comparaciones con la eficiencia del hombre, contribuyendo a un mayor
entendimiento del conocimiento humano.
Si por otro lado es tomada como ingeniería, basada
en una relación deseable de entrada-salida para sintetizar un programa de
computador. "El resultado es un programa de alta eficiencia que funciona
como una poderosa herramienta para quien la utiliza."
A través de la inteligencia artificial se han
desarrollado los sistemas expertos que pueden limitar la capacidad mental del
hombre y relacionan reglas de sintaxis del lenguaje hablado y escrito sobre la
base de la experiencia, para luego hacer juicios acerca de un problema, cuya
solución se logra con mejores juicios y más rápidamente que el ser humano. En
la medicina tiene gran utilidad al acertar el 85 % de los casos de diagnóstico.
DEFINICIÓN DE INTELIGENCIA ARTIFICIAL
La inteligencia está
vinculada a saber elegir las mejores opciones para resolver algún tipo de
problema. Existen diversos tipos de inteligencia según sus atributos y
procesos, como la inteligencia operativa, la inteligencia biológica o la
inteligencia psicológica.
Artificial, por otra parte,
es un adjetivo que señala aquello hecho por mano, arte o ingenio del hombre.
Lo artificial también permite nombrar a lo no natural o falso.
La noción
de inteligencia artificial fue desarrollada en referencia a ciertos
sistemas creados por los seres humanos que constituyen agentes racionales
no vivos. La racionalidad, en este caso, es entendida como la capacidad para
maximizar un resultado esperado.
La inteligencia artificial,
por lo tanto, consiste en el diseño de procesos que, al ejecutarse sobre
una arquitectura física, producen resultados que maximizan una cierta medida de
rendimiento. Estos procesos se basan en secuencias de entradas que
son percibidas y almacenadas por la mencionada arquitectura.
Los dispositivos que cuentan
con inteligencia artificial pueden ejecutar distintos procesos
análogos al comportamiento humano, como la devolución de una respuesta por
cada entrada (similar a los actos reflejos de los seres vivos), la búsqueda de
un estado entre todos los posibles según una acción o la resolución de problema mediante
una lógica formal.
En la actualidad, la forma
de inteligencia artificial más popular existe en los videojuegos, dado que su
consumo es masivo. En este contexto, se aplica a enemigos y personajes
controlados por el ordenador, para que su actuación a lo largo de la experiencia interactiva
resulte creíble y parezca espontánea. Demás está decir que el tipo de
inteligencia artificial utilizada en cada caso es diferente, y responde a una
serie de necesidades particulares.
Antes de continuar, es
importante aclarar que no debería malinterpretarse el concepto por la presencia
del término “inteligencia”, el cual también suele comprenderse y usarse de
forma incorrecta: una entidad virtual con una inteligencia artificial
avanzada no necesariamente es rápida y hábil; programar un ser cuya prominente
torpeza y lentitud parezcan creíbles también requiere de un gran trabajo en
este campo.
Un ejemplo que vuelve más
fácil la explicación se encuentra en los videojuegos de carreras; si
retrocedemos en el tiempo dos décadas, a mediados de los años 90, analizamos a
fondo un título respetado dentro de este género y lo comparamos con uno
equivalente de la actualidad, seguramente notaremos que los coches de los
contrincantes cometen muchos más errores hoy en día. ¿Es que son
menos inteligentes? Por el contrario, su inteligencia artificial es muchas
veces mayor, lo cual permite una emulación más precisa de la habilidad y las
potenciales equivocaciones de un conductor real.
Sin lugar a dudas, una de
las aplicaciones más interesantes y significativas de la inteligencia
artificial es la investigación científica. Con la ayuda de un ordenador, y más
aún un conjunto de ellos, se potencian considerablemente las posibilidades del
ser humano de descubrir los misterios que tan apasionadamente viene
persiguiendo desde hace siglos. Cuando se otorga a estos dispositivos la
habilidad de aprender y de discernir, se los convierte en entidades que rozan
las capacidades de un superhombre, dado que alcanzan velocidades de
procesamiento imposibles para nosotros y que no necesitan descansar para
funcionar, entre otras ventajas que los ubican por sobre los seres vivos en
este contexto.
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